
Por: José Carlos Orrillo
Texto y fotografía
Escribir bajo el sol o a la sombra de un huarango, surcando el desierto, sembrando la semilla o contemplando el paisaje: escribir así, viviendo y amando, tal es el trabajo de Alberto Benavides, poeta y agricultor, profesor de filosofía y gestor cultural, uno de los pocos amautas verdaderos que aún irradian sobre esta tierra peruana una influencia benéfica con su voz y su presencia…
Un reciente viaje a Samaca, la tierra de Alberto ubicada en Ullujaya, sobre el valle bajo del río Ica, nos permitió renovar y reforzar los vínculos con este territorio amado y con sus generosos habitantes. Paisaje de luz y de contrastes increíbles, paraíso del fotógrafo donde conviven los colores del desierto con el milagro verde y amarillo del huarango y del espino; donde el río llega sólo uno o dos meses al año, pero llega; donde la cúpula celeste explota silenciosamente en un millón de estrellas tan cercanas que casi pueden rozar la tierra… Territorio perdido y de difícil acceso y por eso, quizá, tan protegido, Samaca es ahora una serpiente verde olivo que fertiliza las postrimerías del valle del Icamayu, en su recorrido paralelo hacia el mar, acaso cien kilómetros más abajo. Pero esto no fue siempre así. La actual Sociedad Agrícola Samaca es fruto del trabajo visionario de Alberto y del equipo de gente que lo rodea: agricultores conscientes del milagro de la vida y del acto sagrado y ancestral que representa sembrar y respetar la tierra.
SE HACE POEMA AL ANDAR
Se hace poesía sembrando, caminando, conversando con la tierra, con el agua, con las huacas, con la voz del viento. Todo es poesía. La poesía es la fuerza misma de la vida, hálito vital que todo lo impregna y todo lo vuelve silencio, comprensión profunda, comunión con cada piedra. Alberto Benavides es de los pocos que ha intentado escribir sus versos en el libro de la naturaleza, donde cada día, o cada instante del día, es una página, un verbo, una pausa entre los nombres que señalan, en quechua o en cristiano, la esencia santa de la vida. Su vida es su obra. El surco y la semilla sembrada, su otra poesía. De su poesía escrita, como bien la llama Jorge Eduardo Eielson, quizá podamos decir que tiene como leit motiv la conexión amorosa, esencial, del hombre con la tierra y con todos los seres. La suya es una escritura deslumbrada por los milagros cotidianos de la existencia, una voz que canta, a veces en clave zen y siempre con precisión luminosa, el aceptar con humildad nuestra posición en el universo.
AGRICULTOR DE VISIONES
La filosofía de Samaca se encuentra nítidamente reflejada en el manifiesto “Agricultura Orgánica”, publicado en el diario “La Voz de Ica”, y es la misma voz de Alberto hecha poesía. Siguiendo los principios de la agricultura orgánica, la Sociedad Agrícola Samaca ofrece una serie de productos extraordinarios, algunos únicos en su género, como el tomatillo silvestre seco en horno solar o el jarabe de huaranga, versión extra purificada y de calidad superior a cualquier algarrobina industrial existente en nuestros mercados. La Sociedad Agrícola Samaca cuenta con una tienda principal en Ica, el sitio web http://www.samaca.pe/ y en Lima se ubican regularmente en la Bioferia del parque Reducto de Miraflores.
Además de esto, en Samaca se viene desarrollando un importante proyecto de rescate de la tradición textil, que va desde la siembra de algodón nativo de bellísimos colores, hasta la utilización del telar tradicional y el hilado a mano. Este trabajo está a cargo de los hermanos Twilfren y Juan Bonilla, tejedores, agricultores y artistas, cercanos colaboradores de Alberto Benavides en el proyecto musical Purumpa, que da voz a sus poemas con fuerza e inspiración ancestral.
UTOPÍA VIVA
Como gestor cultural, Alberto Benavides se hizo ampliamente conocido en la pasada década como director del centro cultural Antares y creador del legendario Festival Internacional de Poesía El Patio Azul de Cajamarca; asimismo, como director de la estupenda publicación Umbral, “revista del conocimiento y la ignorancia” como irónicamente se autodefinía. Actualmente Alberto dirige la Biblioteca Abraham Valdelomar de Huacachina, un espacio cultural de inmenso valor y trascendencia. Se trata de una biblioteca pública organizada con el sistema de estantería abierta, provista de más de 10,000 títulos sobre arte, literatura, historia y filosofía, desde la cual se ha empezado a dinamizar la vida cultural de Ica, trabajando activamente en un tema que resulta esencial en el pensamiento de Alberto Benavides: la educación. Como él mismo dice en su estupendo artículo Educación y Marginación, publicado en el blog http://www.huarangalesdesamaca.blogspot.com/: “Necesitamos educar a nuestros pueblos, informarlos, sacarlos de supersticiones, señalar para ellos lo grande y bello de su propia tradición y de todas las tradiciones.” Y luego nos recuerda: “¿Qué es lo que necesitamos? Muchas cosas. Pero la condición sine qua non es que se invierta dinero en la educación. Aunque no sólo se requiere dinero, es evidente que sin presupuesto no se gana ninguna guerra. Nunca se ha gastado en la educación del Perú suficiente dinero.”
EL POETA EN TRUJILLO
El último libro de Alberto Benavides, “Vida y Prodigios de Fray Ramón Rojas, el Padre de Guatemala” será presentado próximamente en Trujillo. El viernes 25 de febrero a las 7 pm. Alberto nos acompañará en la Casa de la Emancipación para contarnos los avatares de este histórico personaje sobre el cual ha tejido una crónica poético – biográfica, ensayando, como él mismo dice, “unas indagaciones en la santidad engastadas en el amor por la tierra”. A lo largo del libro, de cautivante lectura, se atribuyen al Padre Guatemala afirmaciones como ésta: “La paz de la pobreza es el sentimiento mágico de la existencia. Mago el sol que aparece todas las mañanas, mágicas las aguas que descienden de las grandes montañas, mágica la tierra que germina en lo oscuro, mágica nuestra respiración que no cesa y nos trae noticias del mundo, mágicos nuestros ojos que son luz, mágica por excelencia la luz misma, tránsito de lo divino a lo terrenal, primera forma material. .. Con demasiada frecuencia nos olvidamos del carácter insólito de nuestra existencia. Ese es el valor de la pequeña pobreza que nos recuerda que todo, todo es muy misterioso.”
Alberto Benavides ha convertido al personaje histórico en un alter ego, espejo de sí mismo que milagrosamente, como un huarango en el desierto, vuelve a la vida desde un estado latente de silencio y olvido: es el amor por la tierra el que hace hablar al Padre Guatemala a través de Alberto Benavides, y viceversa.
Vida y Prodigios de Fray Ramón Rojas, el Padre de Guatemala (Fondo de Cultura Económica, 2010), de Alberto Benavides Ganoza, será presentado el viernes 25 de febrero a las 7 pm. en la Casa de la Emancipación del BBVA. La presentación del libro estará a cargo del profesor Jorge Chávez Peralta, introducidos por una proyección audiovisual sobre paisajes de Samaca con fotografías de José Carlos Orrillo
AGRICULTURA ORGANICA
Una convicción ética fundamental alienta en quienes creemos en la agricultura orgánica o ecológica: la necesidad de producir calidad, ya sea en alimentos como en otros productos del campo (jabones por ejemplo). Pero el trasfondo último es metafísico: nuestra creencia en un vínculo irrenunciable entre el hombre y la tierra. Dicho del modo más directo: creemos que la tierra es sagrada como nosotros mismos. El ser del hombre comunica con el mundo; el alma del hombre y el alma del mundo están emparentadas.
El agricultor orgánico cree sólo en una tecnología sostenible, que no impone la voluntad del hombre agotando así la tierra. Es otra la relación entre el hombre y la tierra en la agricultura orgánica. Es cosa muy religiosa.
Se desprenden de aquí algunas negaciones: no queremos los poderosos pesticidas, ni herbicidas, ni abonos químicos. En el fondo creemos en labrar la tierra como jardineros enamorados de su jardín. Con labriegos así quizás podamos hacer que reine la justicia sobre el planeta.
Alberto Benavides Ganoza
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