Cantamos porque el sol nos reconoce,/ y porque el campo huele a primavera,/ y porque en este tallo en aquel fruto/ cada pregunta tiene su respuesta
Mario Benedetti.
Por: Bethoven Medina Sánchez
bemedina3@yahoo.es
La poesía de Cajamarca nuevamente vuelve con brillo a mostrarse como pilar de la poesía peruana. Y , no es una noticia del entusiasmo, es una afirmación concreta, la cual se sustenta en el libro de Daniel Santos Gil Jáuregui, intitulado COMO RAMA OCULTA DEL ARCO IRIS, ediciones de la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo (UPAGU,2011).
Ya había leído aprobatoriamente al poeta, no obstante su reconocida capacidad jurídica y la de docente universitario. Ciertamente, su profesión es afín a la literatura, mejor aún, si acompaña a su espíritu cultivado la solvencia cultural y sus reconocidos valores.
En la primera parte del presente libro, su sensibilidad y gratitud, retrospectivamente lo vuelven a su infancia y a su lar natal. Estas reminiscencias y vitalidad, lo certifican como un habitante que con alabanza agradece a la vida y a sus estancias.
Leámoslo:
COMO LA RAMA OCULTA DEL ARCO IRIS
Infancia
Volveré sin duda al calor de la vieja casa de adobe
En cuya cumbrera que miraba al poniente
Una tarde de mayo
Cantó un zorzal hasta perder la voz
Celendín, ciudad natal del poeta, actualmente está adaptándose a los cambios de la modernidad. No obstante, mantiene su herencia histórica, sus recursos naturales, potenciales turísticos, pecuarios, y mineros. El tiempo cambia la realidad constantemente, aun así, Celendín y su espíritu telúrico se mantiene incólume. Son sus intelectuales y artistas quienes revaloran nuestra identidad y cultura. Celendín es un pueblo especial y mágico en el norte del Perú.
El poeta Daniel Gil, así lo rememora:
Pequeña ciudad
Nada como el aprender bajo ese azul cobalto
Estela de grandes maestros
Nada como el amor por el caminito doblegado de zarzamoras
¡Cómo no añorar esta pequeña ciudad
ahora que una nube de gases tóxicos ahoga el canto de los pájaros!
Desde los albores, la poesía en la región Cajamarca se impregna del numen de la Naturaleza. No exagero al afirmar que la mayoría de las formas poéticas, llevan implícitas la temática inefable de la natura y el hombre.
Para el poeta Daniel Gil, resulta muy difícil alejarse de la flora, de la fauna o de los elementos de Celendín, ya que, alejarse de esta noria andina, sería olvidarse también de sí mismo.
Para certificar lo antes señalado, ejecutemos un breve análisis de las principales estrofas del poema Calor de Valle, ligado al agro, en las cuales constataremos la presencia insoslayable de la Naturaleza.
En este poema realiza una sinopsis del proceso de labranza de los cultivos: Siembra, la deshierba, el aporque, la cosecha y el rastrojo:
CALOR DE VALLE
1
La siembra
Acaso los surcos estuvieron allí desde siempre
Y la yunta que conduce mi Padre
No hace sino despertar su hambre de maíz
En efecto, la mama pacha siempre estaba dispuesta a la labranza por parte del hombre. Desde el tiempo de la barbarie, fue recurso para nuestra existencia y, posterior civilización. De las hierbas a plantas nativas, y luego a los vegetales cultivados, la agricultura se volvió subsistencia y arte del vivir.
La dialéctica implica competencias y extremos opuestos. A las hierbas buenas, se contraponen las hierbas malas, nuestro aedo lo sintetiza en los siguientes versos:
La deshierba
La mano
Presa de algún designio
Severa y ágil
Quita la hierba
Como a palabras disonantes para que quede el verso
Además, el aporque es realizado para el soporte que da consistencia y firmeza a las plantas de maíz y otras. Se debe proteger a las raíces para que no se expongan a la erosión. Leamos:
El aporque
Si del viento fuera
El tallo no necesitaría del surco
O si del granizo fuera
El poeta, desarrolla poéticamente todo el proceso de labrantía de los cultivos hasta obtener sus sazonados frutos. Celebra la cosecha, lo mismo que Julio Garrido Malaver en Canto del Amor agrario. Es el marco teórico de la realidad agraria, lo que a nuestros poetas del mismo pueblo, los ha hecho asumir el eje temático de la actividad agrícola.
4
La cosecha
Es cierto que no será del aire
El embrión que se llevó el viento
Que no tendrá color
El pájaro que no atravesó la árida noche
Este poema concluye con las grandes interrogantes del hombre, que muchas veces, cuestiona a su destino y a sus elementos de subsistencia:
El rastrojo
¿Qué queda de la metamorfosis de la semilla?
¿Qué del juego de los dioses con el tiempo?
¿Qué del paso invisible de las constelaciones?
¿Qué del alboroto de los peones en la pampa?
Acabamos de constatar, también, el manejo óptimo del lenguaje. Y esto se debe a que, Daniel Gil, no es un poeta de la improvisación. Por el contrario, ha venido trabajando silenciosamente, como hacemos los verdaderos poetas. Lejos de las versificación fácil y desmedido afán de publicar.
Coincidimos con Octavio Paz que “ la aptitud del creador frente al lenguaje debe ser la aptitud del enamorado. Una aptitud de fidelidad y, al mismo tiempo, de falta de respeto al objeto amado. Veneración y trasgresión. El escritor debe amar el lenguaje pero debe tener el valor de transgredirlo”. (Paz, 1990.126)
De su trabajo con la palabra, nos ofrece una poética sencilla y profunda. Bella y sugerente. Su temática, parte de la filosofía y del existencialismo, hasta emparentarla con su realidad natural y social. Leamos:
ORÍGENES
Aquí también principia la vida
Como la rama oculta del arcoíris
Como la vértebra que sostiene la gentileza del sol
En esta choza
Abrigada por la hierba muerta
Debajo de esta roca que ha mirado correr tanta mañana
Daniel Gil, con creatividad e innovación, hace de sus poemas testimonios vivos de las fases de creación y recreación costumbrista y cultural de los shilicos. Es innegable que los contextos y los ecosistemas en los cuales se ubica, devienen de los narradores orales y escritores de la región cajamarquina de la década del cuarenta (Garrido Malaver, Corcuera, Florián, Quiroz Malca). Sin embargo, su poesía se renueva en sus ejes temáticos y se desenvuelve con los mismos talantes de sus ancestros.
Más allá de los contenidos y ambientes, está la expresión colectiva que rescata con la Tradición Oral. Ésta pervive con la fuerza de la palabra que la convierte en un vehículo de comunicación ancestral, siempre ligada a las memorias. Retoma la antigua enunciación de relatos, cuentos, mitos o poemas, que provienen de la sabiduría popular.
El reconocimiento a la literatura escrita en Cajamarca no es reciente. Desde los albores de la República ha estado presente en el parnaso de las letras nacionales. Paralelamente, la literatura oral, ha permanecido inalterable, a pesar de la modernidad y globalización. El poeta a través de sugerentes figuras y enunciaciones, trae a vigencia la sabiduría popular. Leamos estos versos que sugieren misterio, anécdota, y magia:
TRADICIÓN ORAL
1
Las almas atormentadas encuentran la paz
2
Por él a veces se van los pastores llamados por una extraña voz
3
Poquísima gente ha podido hacerse de su raza oscura como la luz
4
Cuentan los viajeros
Que solo logran pasar y llegar a su destino
5
Un maestro de magia blanca
Habita una cueva al final del desfiladero
En la segunda sección intitulada CAMINOS DE A PIE, se constata su compromiso y voluntad artística con la palabra y su tiempo real, acercando su experiencia de hombre y literato a los registros sentimentales de los demás hombres de su época.
Su poesía con moldes asequibles interpela a la realidad de la vida rural, la de sí mismo y la de los pobladores andinos, la de su biografía y la de su sociedad. Siempre proponiendo reflexión, identidad y superación.
Leamos:
EL LLANO
El Alba enciende los gastados ojos del Llano
Impávida La Hierba
Devora – en el rocío – las imborrables huellas del pasado
Sus versos surgen espontáneos e impetuosos desde dentro de su ser, en sus poemas uno puede esperar del ande y del habitante común. Vemos surgir, crecer, y alargarse su espíritu serrano contra lo injusto. A veces, lo sentimos retorcerse de añoranzas:
LA TRAVESÍA
¿Quién hirió de quebradas la vieja piel de la pampa?
¿Quién zurció sus costados
Con duras cordilleras?
¿Quién caminó antes que Tú los caminos?
Lo escuchamos henchidos de alegría cuando desde el ande, convoca al sentimiento que lo redime; demoledor con la simple verdad de un hombre que sufre su realidad; esforzado y voluntarioso cuando se levanta después de haber caído en los atajos de la vida:
EL ATAJO
Como una oculta cicatriz en el matorral
Para el pie urgente y temeroso
Para el puma
Para la noble rosa del amor silvestre
Daniel Gil se vuelve mensajero de lo rural, tan cronista y poeta como el recordado poeta Manuel Ibáñez Rossazza, ambos juglares de la estirpe de los cantores de Cajamarca y que se asoman entre el tiempo para exponernos lo que vieron y vivieron.
LAS CUMBRES
No existe mayor soledad que la del pajonal
– Ni silencio más hondo –
– Ni frío más extenso –
– Ni altura más larga –
ESTACIÓN DESCONOCIDA
He allí la recóndita comarca
Sus empedradas calles – sus acequias
Sus tejados
El perro estacional
Que – trashumante – atraviesa la plaza solitaria
En la parte final del libro intitulada INTERREGNO, el poeta, como Fray Luis de León, busca en la naturaleza el dulce retiro para sus altas y andinas meditaciones.
Por lo tanto los desafíos de la poesía plural, pasa por dos instancias: La urgencia y la autenticidad. Ser fiel a si mismo, no solo es un acto de honestidad intelectual, sino de conciencia de identidad y afirmación ciudadana, el Perú polarizado, fragmentado y de grandes exclusiones requiere cohesionarse y por ello la urgencia de que la literatura y la poesía pueda servir en forma urgente de lazos de restauración, de reparación, de que nuestras actos de inclusión sean actos de sanación de heridas abiertas.
Paz, Octavio (1990) Pasión Critica. Editorial Seix barral. España: Madrid.
Boris Espezúa TOMADO DE: Los Andes, Domingo 28 de Noviembre de 2010
Mario Benedetti.
Por: Bethoven Medina Sánchez
bemedina3@yahoo.es
La poesía de Cajamarca nuevamente vuelve con brillo a mostrarse como pilar de la poesía peruana. Y , no es una noticia del entusiasmo, es una afirmación concreta, la cual se sustenta en el libro de Daniel Santos Gil Jáuregui, intitulado COMO RAMA OCULTA DEL ARCO IRIS, ediciones de la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo (UPAGU,2011).
Ya había leído aprobatoriamente al poeta, no obstante su reconocida capacidad jurídica y la de docente universitario. Ciertamente, su profesión es afín a la literatura, mejor aún, si acompaña a su espíritu cultivado la solvencia cultural y sus reconocidos valores.
En la primera parte del presente libro, su sensibilidad y gratitud, retrospectivamente lo vuelven a su infancia y a su lar natal. Estas reminiscencias y vitalidad, lo certifican como un habitante que con alabanza agradece a la vida y a sus estancias.
Leámoslo:
COMO LA RAMA OCULTA DEL ARCO IRIS
Infancia
Volveré sin duda al calor de la vieja casa de adobe
En cuya cumbrera que miraba al poniente
Una tarde de mayo
Cantó un zorzal hasta perder la voz
Celendín, ciudad natal del poeta, actualmente está adaptándose a los cambios de la modernidad. No obstante, mantiene su herencia histórica, sus recursos naturales, potenciales turísticos, pecuarios, y mineros. El tiempo cambia la realidad constantemente, aun así, Celendín y su espíritu telúrico se mantiene incólume. Son sus intelectuales y artistas quienes revaloran nuestra identidad y cultura. Celendín es un pueblo especial y mágico en el norte del Perú.
El poeta Daniel Gil, así lo rememora:
Pequeña ciudad
Nada como el aprender bajo ese azul cobalto
Estela de grandes maestros
Nada como el amor por el caminito doblegado de zarzamoras
¡Cómo no añorar esta pequeña ciudad
ahora que una nube de gases tóxicos ahoga el canto de los pájaros!
Desde los albores, la poesía en la región Cajamarca se impregna del numen de la Naturaleza. No exagero al afirmar que la mayoría de las formas poéticas, llevan implícitas la temática inefable de la natura y el hombre.
Para el poeta Daniel Gil, resulta muy difícil alejarse de la flora, de la fauna o de los elementos de Celendín, ya que, alejarse de esta noria andina, sería olvidarse también de sí mismo.
Para certificar lo antes señalado, ejecutemos un breve análisis de las principales estrofas del poema Calor de Valle, ligado al agro, en las cuales constataremos la presencia insoslayable de la Naturaleza.
En este poema realiza una sinopsis del proceso de labranza de los cultivos: Siembra, la deshierba, el aporque, la cosecha y el rastrojo:
CALOR DE VALLE
1
La siembra
Acaso los surcos estuvieron allí desde siempre
Y la yunta que conduce mi Padre
No hace sino despertar su hambre de maíz
En efecto, la mama pacha siempre estaba dispuesta a la labranza por parte del hombre. Desde el tiempo de la barbarie, fue recurso para nuestra existencia y, posterior civilización. De las hierbas a plantas nativas, y luego a los vegetales cultivados, la agricultura se volvió subsistencia y arte del vivir.
La dialéctica implica competencias y extremos opuestos. A las hierbas buenas, se contraponen las hierbas malas, nuestro aedo lo sintetiza en los siguientes versos:
La deshierba
La mano
Presa de algún designio
Severa y ágil
Quita la hierba
Como a palabras disonantes para que quede el verso
Además, el aporque es realizado para el soporte que da consistencia y firmeza a las plantas de maíz y otras. Se debe proteger a las raíces para que no se expongan a la erosión. Leamos:
El aporque
Si del viento fuera
El tallo no necesitaría del surco
O si del granizo fuera
El poeta, desarrolla poéticamente todo el proceso de labrantía de los cultivos hasta obtener sus sazonados frutos. Celebra la cosecha, lo mismo que Julio Garrido Malaver en Canto del Amor agrario. Es el marco teórico de la realidad agraria, lo que a nuestros poetas del mismo pueblo, los ha hecho asumir el eje temático de la actividad agrícola.
4
La cosecha
Es cierto que no será del aire
El embrión que se llevó el viento
Que no tendrá color
El pájaro que no atravesó la árida noche
Este poema concluye con las grandes interrogantes del hombre, que muchas veces, cuestiona a su destino y a sus elementos de subsistencia:
El rastrojo
¿Qué queda de la metamorfosis de la semilla?
¿Qué del juego de los dioses con el tiempo?
¿Qué del paso invisible de las constelaciones?
¿Qué del alboroto de los peones en la pampa?
Acabamos de constatar, también, el manejo óptimo del lenguaje. Y esto se debe a que, Daniel Gil, no es un poeta de la improvisación. Por el contrario, ha venido trabajando silenciosamente, como hacemos los verdaderos poetas. Lejos de las versificación fácil y desmedido afán de publicar.
Coincidimos con Octavio Paz que “ la aptitud del creador frente al lenguaje debe ser la aptitud del enamorado. Una aptitud de fidelidad y, al mismo tiempo, de falta de respeto al objeto amado. Veneración y trasgresión. El escritor debe amar el lenguaje pero debe tener el valor de transgredirlo”. (Paz, 1990.126)
De su trabajo con la palabra, nos ofrece una poética sencilla y profunda. Bella y sugerente. Su temática, parte de la filosofía y del existencialismo, hasta emparentarla con su realidad natural y social. Leamos:
ORÍGENES
Aquí también principia la vida
Como la rama oculta del arcoíris
Como la vértebra que sostiene la gentileza del sol
En esta choza
Abrigada por la hierba muerta
Debajo de esta roca que ha mirado correr tanta mañana
Daniel Gil, con creatividad e innovación, hace de sus poemas testimonios vivos de las fases de creación y recreación costumbrista y cultural de los shilicos. Es innegable que los contextos y los ecosistemas en los cuales se ubica, devienen de los narradores orales y escritores de la región cajamarquina de la década del cuarenta (Garrido Malaver, Corcuera, Florián, Quiroz Malca). Sin embargo, su poesía se renueva en sus ejes temáticos y se desenvuelve con los mismos talantes de sus ancestros.
Más allá de los contenidos y ambientes, está la expresión colectiva que rescata con la Tradición Oral. Ésta pervive con la fuerza de la palabra que la convierte en un vehículo de comunicación ancestral, siempre ligada a las memorias. Retoma la antigua enunciación de relatos, cuentos, mitos o poemas, que provienen de la sabiduría popular.
El reconocimiento a la literatura escrita en Cajamarca no es reciente. Desde los albores de la República ha estado presente en el parnaso de las letras nacionales. Paralelamente, la literatura oral, ha permanecido inalterable, a pesar de la modernidad y globalización. El poeta a través de sugerentes figuras y enunciaciones, trae a vigencia la sabiduría popular. Leamos estos versos que sugieren misterio, anécdota, y magia:
TRADICIÓN ORAL
1
Las almas atormentadas encuentran la paz
2
Por él a veces se van los pastores llamados por una extraña voz
3
Poquísima gente ha podido hacerse de su raza oscura como la luz
4
Cuentan los viajeros
Que solo logran pasar y llegar a su destino
5
Un maestro de magia blanca
Habita una cueva al final del desfiladero
En la segunda sección intitulada CAMINOS DE A PIE, se constata su compromiso y voluntad artística con la palabra y su tiempo real, acercando su experiencia de hombre y literato a los registros sentimentales de los demás hombres de su época.
Su poesía con moldes asequibles interpela a la realidad de la vida rural, la de sí mismo y la de los pobladores andinos, la de su biografía y la de su sociedad. Siempre proponiendo reflexión, identidad y superación.
Leamos:
EL LLANO
El Alba enciende los gastados ojos del Llano
Impávida La Hierba
Devora – en el rocío – las imborrables huellas del pasado
Sus versos surgen espontáneos e impetuosos desde dentro de su ser, en sus poemas uno puede esperar del ande y del habitante común. Vemos surgir, crecer, y alargarse su espíritu serrano contra lo injusto. A veces, lo sentimos retorcerse de añoranzas:
LA TRAVESÍA
¿Quién hirió de quebradas la vieja piel de la pampa?
¿Quién zurció sus costados
Con duras cordilleras?
¿Quién caminó antes que Tú los caminos?
Lo escuchamos henchidos de alegría cuando desde el ande, convoca al sentimiento que lo redime; demoledor con la simple verdad de un hombre que sufre su realidad; esforzado y voluntarioso cuando se levanta después de haber caído en los atajos de la vida:
EL ATAJO
Como una oculta cicatriz en el matorral
Para el pie urgente y temeroso
Para el puma
Para la noble rosa del amor silvestre
Daniel Gil se vuelve mensajero de lo rural, tan cronista y poeta como el recordado poeta Manuel Ibáñez Rossazza, ambos juglares de la estirpe de los cantores de Cajamarca y que se asoman entre el tiempo para exponernos lo que vieron y vivieron.
LAS CUMBRES
No existe mayor soledad que la del pajonal
– Ni silencio más hondo –
– Ni frío más extenso –
– Ni altura más larga –
ESTACIÓN DESCONOCIDA
He allí la recóndita comarca
Sus empedradas calles – sus acequias
Sus tejados
El perro estacional
Que – trashumante – atraviesa la plaza solitaria
En la parte final del libro intitulada INTERREGNO, el poeta, como Fray Luis de León, busca en la naturaleza el dulce retiro para sus altas y andinas meditaciones.
Por lo tanto los desafíos de la poesía plural, pasa por dos instancias: La urgencia y la autenticidad. Ser fiel a si mismo, no solo es un acto de honestidad intelectual, sino de conciencia de identidad y afirmación ciudadana, el Perú polarizado, fragmentado y de grandes exclusiones requiere cohesionarse y por ello la urgencia de que la literatura y la poesía pueda servir en forma urgente de lazos de restauración, de reparación, de que nuestras actos de inclusión sean actos de sanación de heridas abiertas.
Paz, Octavio (1990) Pasión Critica. Editorial Seix barral. España: Madrid.
Boris Espezúa TOMADO DE: Los Andes, Domingo 28 de Noviembre de 2010
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