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martes, 4 de octubre de 2011

Cementerio Miraflores será convertido en atractivo turístico

En el Cementerio General de Miraflores se apreciarán mausoleos, tumbas y nichos de grandes personalidades; formará parte de un circuito histórico.
180 años tiene el Cementerio Miraflores
(Video)

Trujillo, La Libertad (RPP).- La Beneficencia Pública de Trujillo ha iniciado la ejecución de un proyecto que busca integrar la parte antigua del Cementerio General de Miraflores a la oferta turística que tiene la ciudad.
Según indicó Walter Ramos Barón, lo que ahora se realizará es la remodelación de la parte exterior del campo santo que luce deteriorado y se le dará un toque de modernidad, además se realizará una campaña de limpieza de todos los ambientes.
Iván La Riva Vegazzo, autor del proyecto, dijo que se realizará un recorrido denominado Circuito Histórico del Cementerio General de Miraflores en donde se apreciarán los mausoleos, tumbas y nichos de grandes personalidades vinculadas a la historia de Trujillo.
También se busca rescatar a muchos personajes casi olvidados por la historia, pues este cementerio fue construido en 1831 y hasta la fecha nunca se ha realizado un estudio minucioso de los trujillanos que dieron su vida en estas tierras.

La Riva Vegazzo agregó que para darle un matiz diferente sobre todo en épocas de luna llena se prepararán espectáculos nocturnos que convertirán a este cementerio en un atractivo turístico imprescindible.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Vecinos piden paralizar obras en cementerio Miraflores

Con carteles en mano, indicaron que ahora se pretende construir más nichos, lo que implicaría destruir las pocas áreas verdes que existen en la zona.

Trujillo, La Libertad (RPP).- Vecinos de la urbanización Miraflores protestaron a las afueras del cementerio que se ubica en ese sector de la ciudad de Trujillo (La Libertad) pidiendo se suspendan los trabajos de construcción que se realizan por parte de la Beneficencia Pública.
Con carteles en mano, indicaron que ahora se pretende construir más nichos, lo que implicaría destruir las pocas áreas verdes que existen. A ello se suma, dijeron, la presencia de moscos y zancudos.
Agregaron que están gestionando ante el alcalde de Trujillo, César Acuña Peralta, para que se paralice la obra e incluso han enviado un memorial con firmas de los moradores haciendo saber de este problema a la Defensoría del Pueblo.
Precisaron que el Cementerio General de Miraflores ya cumplió su ciclo y no debe seguir ampliándose, porque para ello existen lugares que están fuera de la ciudad donde no se afecta la tranquilidad ni la salud de las personas.

sábado, 6 de noviembre de 2010

VISITA AL ANTIGUO CEMENTERIO REPUBLICANO MIRAFLORES DE TRUJILLO

Por: Gerardo Cailloma Navarrete
http://elrincondeschultz.blogspot.com/

El día 29 de octubre, como cierre de un intenso mes de charlas y actividades sobre el patrimonio de nuestra ciudad y Región, se hizo una actividad poco usual para la ciudad de Trujillo: una visita nocturna al cementerio de nuestra ciudad. Este visita coincide no sólo como la visita a uno de los lugares patrimoniales e históricos de cualquier ciudad, sino que coincide con la pronta celebración del día y del mes de los muertos: el 02 de noviembre. En la Alianza Francesa, organizamos un ciclo de charlas sobre el patrimonio social, cultural, artístico, arquitectónico, intangible. En esta última semana se habló sobre el Cementerio de Miraflores el martes 26 con la presentación de un conservador, Ricardo Morales, y un arquitecto, Carlos Moreno; la exposición concitó una gran expectativa, una sala llena; el miércoles 27, en nuestra galería de arte inauguramos una exposición temática sobre la muerte y a las 9 de la noche, una amiga alemana, Claudia Riess, expuso sobre la Vampirología; el jueves 28, invitamos a un arqueólogo francés, Nicolás Goepfert, doctor en arqueología andina, a hacer una interesante conferencia sobre los entierros de esta área del país.En realidad, cada una de estas conferencias estuvieron incluidas en una semana que llamamos "la muerte". No queríamos hacer nada de frívolo, pensando hacer algún evento ligado a la celebración de Halloween. En realidad, en nuestra cultura sí celebramos la muerte a nuestra manera, y se ve en las actividades que se hacen en los cementerios u otros lugares de culto funerario ocasionales de nuestra sociedad. Por ejemplo, cuando vivíamos en Arequipa, nuestros vecinos el día 01 y 02 de noviembre solían dejar comida al retrato de una persona fallecida, en este caso a un joven que falleció de meningitis. Las costumbres en nuestra sociedad varía de lugar en lugar, en Piura la celebración toma dos días; en otras partes se ha reducido "oficialmente" a un día, celebración que sincretizado con una creación cristiana, la de todos los santos.
Nuestro cementerio, el de Miraflores, es una creación republicana. Antes, los ciudadanos fallecidos eran enterrados en las criptas de las iglesias, siendo una de las principales, la Catedral de Trujillo. Cuando se construyó el local del INC, el antiguo cementerio de la misma fue destruido. La sobrepoblación de cadáveres y las amenazas a salubridad pública que significaba enterrar cadáveres de manera masiva durante las epidemias que asolaban nuestras ciudades, hicieron reflexionar sobre la necesidad de hallar nuevos espacios para nuestros muertos. Una de las primeras ciudades en dar el paso a secularizar este rito (era de potestad de la iglesia, lo cual le daba buenos réditos) fue Lima, con su famoso Presbítero Maestro, obra del arquitecto y pintor Matías Maestro. Este bello espacio ha sido rescatado del olvido y ahora se ha convertido en un nuevo museo para la ciudad. Un cementerio es un libro vivo de una ciudad y en algunos casos de un país. Pese a las diferencias de espacio determinado en cada cementerio (de acuerdo a clase social u otro distingo), es un lugar común para todos los seres que pasamos por esta vida (incluso para los suicidas, los rechazados por la iglesia u otros cultos). Recuerdo en Jerusalén, la ubicación de muchas tumbas cerca de la sellada Puerta Dorada, por la cual ha de pasar el mesías y las almas de aquellos que están cerca de dicha puerta, son las almas que pronto han de resucitar en la gloria. Esa creencia de estar en lugar santo, en terreno religioso, hizo que la gente en un inicio desconfiara de los cementerios que hallaban en las afueras de la ciudad. Uno ve las tumbas que pugnaban estar cerca del altar mayor, la idea de las indulgencias famosas que fueron crítica severa de Lutero. Recuerdo hace años cuando fui a Zaña, vi en una urna restos de un noble criollo, quien tenía aún traje de sedas y creo haberle visto un anillo; no sé si quedará algo de eso en esas interesantes ruinas de la iglesia de San Agustín. Miraflores fue inaugurado el 02 de diciembre de 1831 y para que el cementerio fuera "legitimado" se trasladó los restos del obispo Francisco Javier de Luna Victoria, quien estaba enterrado en la iglesia de los jesuitas, la Compañía, abandonada en ese entonces. El cementerio cuenta con pocos mausoleos, pero hay algunos destacados como el de la familia Larco-Herrera y el mausoleo a Agustín Ganoza. Aunque este cementerio es para cristianos, hace un par de décadas tomé fotos de tumbas de ciudadanos judíos que murieron en nuestra ciudad. Para un trabajo de investigación que hizo León Trahtenberg sobre los judíos en el Perú, fotografié fotos de nichos que tenían no una cruz, sino una estrella de David en la lápida, y los apellidos correspondían a personas fallecidas en los años 20 del siglo pasado. Ahí tenemos el caso de Moisés Eskenazi y León, quien falleció de Meningitis el 19 de julio de 1923.

Hay, pues, todo un libro de historias que hay que ir buscando en este espacio cultural de nuestra ciudad. La infeliz decisión de querer demoler los antiguos nichos no ha prosperado, pero se ve que hay que hacer mucho para rescatar la memoria de una ciudad. Esperemos que este aporte que hemos hecho desde la Alianza Francesa tenga una notable repercusión en la conciencia de todos los ciudadanos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

TRUJILLANOS QUE NO DEBEMOS OLVIDAR

Por: Iván La Riva Vegazzo
http://ivanlariva.blogspot.com/

Hago un alto en mis viajes para rendir homenaje a un grupo de trujillanos que no debemos olvidar por su trascendencia en la historia de nuestra ciudad. Sé que hay muchos más personajes, por eso ofrezco, seguir investigando.
Entusiasmado por conocer más sobre la historia de nuestra ciudad he tenido una experiencia más que interesante. Concuerdo con quien sostiene que ”La historia no se narra, no se mira, no se escucha, no se toca. La historia se vive y se siente vivir” y estos personajes, cuyas tumbas encontré, así lo hicieron. Vivieron la historia de Trujillo. Nos toca la noble tarea trabajar porque su ejemplo no se pierda en el tiempo y porque sus apellidos acrecienten nuestro sentido de trujillanidad. Paso a nombrar alguno de ellos, y estoy plenamente convencido que hay muchos más:

EN EL PABELLÓN SAN PEDRO:
En el nicho 7 se halla la tumba de don Manuel Cabero y Muñoz, último Marqués de Bellavista, casado con doña Rosa Cabero y Tagle, cuya tumba está a su lado, en el nicho 3. Gran artífice del Primer Grito de la Independencia el 29 de diciembre de 1820. Fue Alcalde de primer voto de esta ciudad y como tal presidió la ceremonia en el Salón Consistorial, convirtiéndose en el primer alcalde republicano en el Perú. Según el historiador Nicolás Rebaza, este personaje fue asesor consejero del Marqués de Torre Tagle y amigo de don José de San Martín. Fue propietario de las haciendas Tomabal, San Juan, San Ildefonso, Santa Elena, Calunga, El Carmelo y Tanguche en los valles de Virú y Santa.

En el mismo pabellón, en el nicho 60, se encuentra la tumba del Coronel Esteban Ríos, alcalde de la ciudad, quien antes de la ocupación chilena convocó, en abril de 1881, a una patriótica reunión popular en la que se formaron tres batallones, principalmente formados por la juventud estudiosa de los colegios san Juan y Seminario de san Carlos y san Marcelo. Estos fueron, el batallón “Libres de Trujillo” al mando del Coronel de la Guardia Nacional don Justiniano Borgoño defendió al Perú en los campos de San Juan y Miraflores. El Batallón numero 1 de la Guardia Nacional estuvo al mando del propio Coronel don Esteban Ríos y el batallón numero 2 estuvo al mando del médico Nicolás Carlos de Vega.

En el nicho 15 descansan los restos de don Pedro José Soto y Velarde, Párroco de Huamachuco y Vicario de la provincia las dos veces que Bolívar llegó a dicha ciudad andina quien gustaba detener discusiones filosóficas con el Vicario. Este sacerdote celebró la misa de despedida al Ejercito Libertador que marchó desde Huamachuco a vencer en Junín y Ayacucho. Cuenta Nicolás rebaza que en esa oportunidad, valorando las cualidades de Bolívar le dijo que era “…valeroso como Alejandro, prudente como Cesar y sagaz como Ciro”. A su vez, el Libertador le contestó: “…en la América no necesitamos de los españoles; pues en ella tenemos eclesiásticos que dignamente pueden ocupar una mitra como el Sr. Vicario”.

EN EL PABELLÓN SAN JUAN CANCIO
Encontré la tumba de don Hipólito Bracamonte, nicho 30, Marqués de Herrera y Valle Hermoso, Conde Valdemar de Bracamonte y dueño de las haciendas de Chiclin y Sausal en el valle Chicama, por disposición testamentaria manumitó a todos los esclavos de su propiedad disponiendo que vivieran como hombres libres dedicados al trabajo debidamente remunerado. Con este hecho histórico podemos decir con orgullo que en La Libertad, la esclavatura obtuvo su manumisión antes que la otorgada por el presidente Ramón Castilla en el Perú (1854) y Abraham Lincoln en los EE.UU (1863).

En el nicho 47, se halla la tumba de don Silvestre de la Cuadra, en cuya lápida se lee claramente: “Uno de los fundadores de la Independencia de su Patria, a la que sirvió desde 1820, con éxito y desprendimiento”. Este personaje, con el grado de capitán fue comisionado por Torre Tagle para apresar a Tolrá, quien había llegado desde Quito para apresar al Marques. Ocupó militarmente Huanchaco reduciendo a la fuerza española e integró el ejercito patriota que derroto a las fuerzas realistas en Otuzco (1821)

En el mismo pabellón, nicho 54, yace el General de Brigada José María Lizarzaburu, “Fundador de la Independencia del Perú”. Recordemos que este personaje perteneció al primer Cabildo del Trujillo libre en el cargo de Regidor, y como tal apoyó decididamente a Torre Tagle y la causa libertadora. Fue también administrador del Tesoro y vivía en la Casa de la Tesorería donde la ciudad de Trujillo ofreció un suntuoso baile al Libertador.

EN EL PABELLÓN SAN ALFONSO
En el nicho 12, descansan los restos de un personaje que Trujillo no debe olvidar, me refiero a don Pedro Martín Olivos, secretario de la Prefectura y profesor de literatura en el colegio San Juan quien escaso de medios económicos, cedió su casa, su único patrimonio para que fuera vendida y el producto engrosara la colecta para los Fondos de la ciudad para enfrentar la Guerra con Chile.

EN EL PABELLÓN SAN PABLO
Encontré la tumba del Coronel de la Guardia Nacional don José María Cortijo, quien según el historiador Manuel Haro, este trujillano fue miembro del ejército de Andrés Avelino Cáceres con quien luchó en la batalla de Huamachuco y luego de ésta, al mando de una montonera que él mismo financió, se dedicó a hostilizar a los chilenos en la serranía otuzcana. Posicionado de las alturas, en los desfiladeros y pasos cordilleranos, despeñaba enormes “galgas”, atacando sorpresivamente al enemigo.

EN EL PABELLON SAN ROQUE
Este pabellón se encuentra más al interior, en el nicho 45 descansa don José Arcila Hurtado quien tuvo una heroica intervención contra la innoble actitud del teniente chileno Truziyos quien, el 28 de julio de 1881, destruyó el escudo nacional que se encontraba en medio de las torres de la Catedral de Trujillo siendo increpado públicamente por este valiente trujillano, quien le arrojó algunas piedras. Este hecho le mereció ser tomado prisionero. Siendo juzgado por un Consejo de Guerra, Arcila en su defensa le dijo al Cnel. Martínez, Jefe del Estado Mayor “…póngase usted en mi lugar señor coronel y que en vez de ser el ataque al escudo peruano hubiese sido el escudo chileno ¿Qué habría hecho usted?”. El coronel Martínez, valorando la actitud de Arcila le respondió: “Lo que usted ha hecho Arcila es un cumplimiento de su deber, si todos fueran como usted, nosotros no estaríamos aquí. Esta Ud. en completa libertad”.

Y así transcurrieron interesantes momentos en que reencontré con la historia de Trujillo, prometiéndome regresar para seguir hurgando en el rico historial que posee nuestro cementerio, el que bien podría convertirse en un museo como en otras ciudades importantes que valoran su pasado.

lunes, 31 de mayo de 2010

MEMORIA DE UNA SOCIEDAD DESMEMORIADA

CEMENTERIO DE MIRAFLORES DE TRUJILLO

Por: Luis Repetto Málaga
Presidente de la Red Peruana de Gestión y Valoración de Cementerios Patrimoniales

lrepetto@pucp.edu.pe

Los cementerios patrimoniales forman parte de la traza de las ciudades y de su memoria. En un país desmemoriado como el Perú intentar la desaparición física de un monumento nacional indivisible como lo es el Cementerio de Miraflores de la ciudad de Trujillo es inadmisible. Los niveles de desconocimiento de los valores históricos y artísticos de nuestro patrimonio son lamentables y más aun cuando las autoridades que tienen responsabilidades administrativas lo desconocen y no poseen no solo el conocimiento sino la sensibilidad para reconocer y proteger su propia memoria. Hasta cuando seguiremos los peruanos con esta relación absurda de costo- beneficio en detrimento de nuestro patrimonio nacional. Será posible que el Perú siga en la zaga de la protección de su patrimonio. No se trata solo de una responsabilidad del Instituto Nacional de Cultura sino también de otras instancias como el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Humano de donde dependen las beneficencias y los cementerios que se encuentran bajo su administración. No es la propiedad la que esta en juego sino la administración de estos recursos patrimoniales materiales e inmateriales que se encuentran albergados en nuestros cementerios. La ignorancia es atrevida evidentemente, los funcionarios actuales sienten que sus ámbitos públicos son de su propiedad y elaboran propuestas sin consideraciones a su responsabilidad como funcionarios y más aun como integrantes de una sociedad que aspira a la justicia social y equidad.
En estas circunstancias se acentúa la imperiosa necesidad de un Ministerio de Cultura que permita el trabajo interdisciplinario y que reconozca que este tipo de propuestas son inaceptables, por desconocimiento de la legislación nacional, de los derechos humanos, de los derechos culturales, de las convenciones internacionales, de los acuerdos suscritos y lo mas importante, el derecho ciudadano.
Quien le pone el cascabel al gato, quien defiende los restos humanos de los que nos precedieron, los que adquirieron un derecho a perpetuidad en su momento, en tiempo y espacios definidos.
Es posible que un funcionario público en su afán de obtener recursos, se autodestruya por desconocimiento, por asesores incompetentes que no conozcan la legislación vigente y sus consecuencias.
El tema de la preservación y conservación del patrimonio cultural es una responsabilidad compartida entre las autoridades públicas y la sociedad civil, los medios de comunicación y la empresa privada entre otros. Los cementerios patrimoniales como el caso del Cementerio de Miraflores en Trujillo que está declarado monumento histórico y que alberga la memoria de esta región, debe ser preservado con los mismos derechos, no solo en el ámbito monumental a través de sus esculturas y mausoleos sino el respeto por igual a cualquier ciudadano que adquirió derechos y que la administración pública tiene la obligación de resguardar.

La Carta Internacional de Morelia relativa a cementerios patrimoniales y arte funerario, suscrita el 2 de noviembre de 2005, fija los parámetros para la conservación de los cementerios monumentales y sus ámbitos de competencia. Evidentemente jamás un cementerio por más moderno y contemporáneo que sea, perderá su condición de tema de salubridad antes del paisajismo, monumentalidad e inmaterialidad por el tema funerario y sus connotaciones. Si no hay espacio, no se trata de seguir generando hacinamientos y exponiendo a la ciudadanía a la insalubridad con los entierros en zonas urbanas. Los cementerios son y serán extramuros por cuestiones de salud por lo tanto no debe pretenderse demoler un monumento histórico, cercenarlo o mutilarlo para dar espacio a los nuevos difuntos. Esa no es la solución, al contrario, va en desmedro de su reconocimiento de lugar de reposo de los que nos precedieron. Lo ideal seria que la Beneficencia Pública de Trujillo se preocupe por su recuperación, su protección, su consolidación, invertir para su puesta en valor de espacio funerario donde se concentra los personajes que forjaron la historia local y nacional
Existen propuestas de puesta en valor que conjugan sus valores patrimoniales con los culturales para su promoción y difusión, para su conversión de espacio funerario en espacio cultural por los valores intrínsecos, entre su materialidad e inmaterialidad en relación a la muerte, al duelo y al luto. Podría incorporarse al circuito turístico-educativo de la ciudad de Trujillo que aspira a su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La sociedad civil trujillana reclama su derecho a la preservación de su monumento y la memoria de los que nos precedieron. Es el gobierno regional, el gobierno local, el Instituto Nacional de Cultura y la sociedad civil trujillana quienes tienen la inmensa responsabilidad de la preservación de su propia memoria.