TOKIO (Reuters).- Japón actualizó el miércoles la seguridad de sus 55 plantas de energía nuclear, el primer reconocimiento oficial de que sus normas eran insuficientes cuando un terremoto dañó una de ellas tres semanas atrás, desencadenando la peor crisis atómica desde Chernóbil en 1986.
Mientras los operadores luchan por retomar el control de los dañados reactores nucleares de Fukushima Daiichi, unos 240 kilómetros al norte de Tokio, la fuga de radiación seguía y el yodo radiactivo en el mar frente a la planta llegó a niveles récord. La agencia estatal de seguridad nuclear indicó que las cifras eran 3.355 veces el límite legal.
Se reportó que había una columna de humo saliendo de una segunda instalación de plantas nucleares en Fukushima el miércoles, lo que las autoridades atribuyeron a una falla en un panel eléctrico. No se sabe qué tan grave es el problema en la planta Daini, que fue apagada en frío y se encuentra a varios kilómetros de la dañada instalación energética Daiichi.
Más de 100 personas protestaron el miércoles fuera de la sede en Tokio del operador de plantas nucleares Tokyo Electric Power (TEPCO), gritando consignas de "detengan la energía nuclear". "No queremos utilizar energía eléctrica que puede matar a las personas", declaró Mina Umeda, estudiante de la universidad Waseda.
Una investigación de Reuters mostró que Japón y Tepco desestimaron reiteradamente los peligros de sus plantas nucleares e ignoraron las advertencias, incluyendo un estudio sobre tsunamis en el 2007 realizado por un ingeniero en seguridad de la planta.
El estudio concluyó que había apenas un 10 por ciento de probabilidad de que un tsunami pusiera a prueba o traspasara las defensas en la planta nuclear Fukushima Daiichi dentro de un lapso de 50 años, según las presunciones más conservadoras.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Las nuevas medidas de seguridad, que estarán terminadas para fines de abril, incluyen preparar energía de apoyo en caso de pérdida de suministro energético, y tener camiones cisterna con mangueras listas todo el tiempo para intervenir y asegurar la mantención de los sistemas de enfriamiento de los reactores y depósitos de combustible usado, indicó el Ministerio de Comercio.
Otras medidas, como la construcción de rompeolas más altos, serán estudiadas tras una evaluación completa del desastre de Fukushima, indicaron funcionarios. Las medidas inmediatas no requieren necesariamente que las operaciones de las plantas nucleares se detengan, indicó el ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, en una conferencia de prensa.
"Estas son las medidas mínimas que podemos pensar ahora que deberían tomarse de inmediato", declaró Kaieda. "No deberíamos esperara hasta que se prepare una reforma o revisión exhaustiva, algo grande que tomará un largo tiempo.
Deberíamos hacer todo lo que se pueda si es que hay algo viable y necesario" en lo que las autoridades de seguridad concuerden, sostuvo. Antes del desastre, los reactores nucleares de Japón suministraban cerca del 30 por ciento de la energía eléctrica del país.
Se pronosticaba que el porcentaje subiría a un 50 por ciento para el 2030, uno de los más altos del planeta.
El Gobierno y TEPCO reconocieron que no hay un fin a la vista en la crisis nuclear de Japón. "No estamos en una situación donde podamos decir que tendremos ésto bajo control para un cierto período", dijo el secretario jefe del gabinete de Japón, Yukio Edano, en una sesión informativa.
FUGA DE RADIACION
El hallazgo de plutonio, un material altamente tóxico, en el suelo de la planta elevó la alarma pública sobre el accidente, que ha eclipsado el desastre humanitario ocasionado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que dejaron 27.500 muertos o desaparecidos.
TEPCO intentará rociar resina sintética en algunas áreas del complejo Daiichi para evitar que el polvo radiactivo llegue al aire o sea depositado en el mar por la lluvia.
La resina es soluble en agua, pero cuando el agua se evapora se vuelve pegajosa y contiene el polvo. La polución en el océano es una preocupación para un país donde el pescado forma parte central de la dieta de sus habitantes.
Expertos dijeron que la vastedad del océano y una poderosa corriente deberían diluir los altos niveles de radiación, limitando el peligro de contaminación a los peces y el resto de la vida marina.
Sin embargo, no está claro cuánta radiación se está filtrando al océano y controlar las fugas podría tardar semanas o meses, lo que complica las evaluaciones precisas de riesgo.
TEPCO indicó que tomará "sinceramente mucho tiempo" estabilizar los reactores sobrecalentados, agregando que cuatro de los seis reactores necesitarán ser desmantelados. En tanto, el jefe de la empresa estaba en el hospital por problemas de presión arterial, aumentando el caos en la mayor firma de servicios básicos de Asia.
Mientras los operadores luchan por retomar el control de los dañados reactores nucleares de Fukushima Daiichi, unos 240 kilómetros al norte de Tokio, la fuga de radiación seguía y el yodo radiactivo en el mar frente a la planta llegó a niveles récord. La agencia estatal de seguridad nuclear indicó que las cifras eran 3.355 veces el límite legal.
Se reportó que había una columna de humo saliendo de una segunda instalación de plantas nucleares en Fukushima el miércoles, lo que las autoridades atribuyeron a una falla en un panel eléctrico. No se sabe qué tan grave es el problema en la planta Daini, que fue apagada en frío y se encuentra a varios kilómetros de la dañada instalación energética Daiichi.
Más de 100 personas protestaron el miércoles fuera de la sede en Tokio del operador de plantas nucleares Tokyo Electric Power (TEPCO), gritando consignas de "detengan la energía nuclear". "No queremos utilizar energía eléctrica que puede matar a las personas", declaró Mina Umeda, estudiante de la universidad Waseda.
Una investigación de Reuters mostró que Japón y Tepco desestimaron reiteradamente los peligros de sus plantas nucleares e ignoraron las advertencias, incluyendo un estudio sobre tsunamis en el 2007 realizado por un ingeniero en seguridad de la planta.
El estudio concluyó que había apenas un 10 por ciento de probabilidad de que un tsunami pusiera a prueba o traspasara las defensas en la planta nuclear Fukushima Daiichi dentro de un lapso de 50 años, según las presunciones más conservadoras.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Las nuevas medidas de seguridad, que estarán terminadas para fines de abril, incluyen preparar energía de apoyo en caso de pérdida de suministro energético, y tener camiones cisterna con mangueras listas todo el tiempo para intervenir y asegurar la mantención de los sistemas de enfriamiento de los reactores y depósitos de combustible usado, indicó el Ministerio de Comercio.
Otras medidas, como la construcción de rompeolas más altos, serán estudiadas tras una evaluación completa del desastre de Fukushima, indicaron funcionarios. Las medidas inmediatas no requieren necesariamente que las operaciones de las plantas nucleares se detengan, indicó el ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, en una conferencia de prensa.
"Estas son las medidas mínimas que podemos pensar ahora que deberían tomarse de inmediato", declaró Kaieda. "No deberíamos esperara hasta que se prepare una reforma o revisión exhaustiva, algo grande que tomará un largo tiempo.
Deberíamos hacer todo lo que se pueda si es que hay algo viable y necesario" en lo que las autoridades de seguridad concuerden, sostuvo. Antes del desastre, los reactores nucleares de Japón suministraban cerca del 30 por ciento de la energía eléctrica del país.
Se pronosticaba que el porcentaje subiría a un 50 por ciento para el 2030, uno de los más altos del planeta.
El Gobierno y TEPCO reconocieron que no hay un fin a la vista en la crisis nuclear de Japón. "No estamos en una situación donde podamos decir que tendremos ésto bajo control para un cierto período", dijo el secretario jefe del gabinete de Japón, Yukio Edano, en una sesión informativa.
FUGA DE RADIACION
El hallazgo de plutonio, un material altamente tóxico, en el suelo de la planta elevó la alarma pública sobre el accidente, que ha eclipsado el desastre humanitario ocasionado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que dejaron 27.500 muertos o desaparecidos.
TEPCO intentará rociar resina sintética en algunas áreas del complejo Daiichi para evitar que el polvo radiactivo llegue al aire o sea depositado en el mar por la lluvia.
La resina es soluble en agua, pero cuando el agua se evapora se vuelve pegajosa y contiene el polvo. La polución en el océano es una preocupación para un país donde el pescado forma parte central de la dieta de sus habitantes.
Expertos dijeron que la vastedad del océano y una poderosa corriente deberían diluir los altos niveles de radiación, limitando el peligro de contaminación a los peces y el resto de la vida marina.
Sin embargo, no está claro cuánta radiación se está filtrando al océano y controlar las fugas podría tardar semanas o meses, lo que complica las evaluaciones precisas de riesgo.
TEPCO indicó que tomará "sinceramente mucho tiempo" estabilizar los reactores sobrecalentados, agregando que cuatro de los seis reactores necesitarán ser desmantelados. En tanto, el jefe de la empresa estaba en el hospital por problemas de presión arterial, aumentando el caos en la mayor firma de servicios básicos de Asia.
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