martes, 26 de abril de 2016

Votar contra la máquina

Por: Gustavo Faverón

En el 2006 era consenso que los presidentes más corruptos de nuestra historia reciente habían sido Fujimori y García y el más limpio Paniagua. Ese año, se presentaron a la elección presidencial dos de ellos. García ganó y Paniagua obtuvo 7%, por debajo de la fujimorista Martha Chávez. A la vez, Keiko Fujimori accedió al Congreso como la candidata más votada. Paniagua murió en octubre. No es elegante especular con esas cosas, pero cabe recordar que, si hubiera fallecido en la presidencia, lo habría sucedido su compañero de plancha, Alberto Andrade.

Andrade, acaso el mejor alcalde de la Lima contemporánea, humillado y destruido por la propaganda fujimorista, había perdido la elección municipal del 2002 contra Castañeda. La biografía de Castañeda no es menos irónica: se transformó en el alcalde de Lima más acusado de corrupción y, sin embargo, fue electo dos veces más, la segunda tras someter a Susana Villarán a un tratamiento semejante al sufrido por Andrade.

La mafiosa maquinaria que, manipulando juzgados y organismos electorales, y con la prensa como instrumento, destruye desde hace décadas la reputación de cualquiera que asome como un rival peligroso (Andrade, Villarán, Nadine He-redia, Julio Guzmán) es la misma que nos ha colocado una vez más, ahora, ante la posibilidad de elegir presidenta a Keiko Fujimori. Hacerlo sería continuar ese juego oscuro que nos lleva a consagrar en el poder a los peores fantasmas de nuestro pasado. Hay que derrotar a esa maquinaria para siempre.

Fuente: Diario La República

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