Para poder llegar a la meta establecida, no solo es necesaria una buena rutina de ejercicios diaria, también es fundamental mantener una alimentación sumamente balanceada. El nutricionista Miguel Ángel Lavalle nos enseña cómo hacerlo
(El Comercio).- Todo en la vida necesita de un equilibrio. De nada sirve realizar las rutinas diarias de ejercicios si es que al cruzar la puerta del gimnasio se dirige hacia un centro de comida rápida. Aprenda a comer saludablemente sin tener que morir de hambre. El nutricionista Miguel Ángel Valle, del gimnasio Energym, brinda algunos consejos que podrá incluir en su rutina alimenticia.
Para aquellos que no lo sabían, todos hacemos dieta. “La palabra dieta es la cantidad de sustancias que componen la nutrición de cada persona, es lo que uno está ingiriendo”, dice Valle. El mito de pensar que comer sano es sinónimo de puras frutas y verduras es totalmente falso.
El único secreto radica en saber priorizar algunos nutrientes y abstenerse de otros.
“Una dieta es necesaria porque cuando uno hace ejercicios bota líquidos extras, así que lo que uno consume no es suficiente. Una dieta sin ejercicios no solo hace que bajes de peso, también logra flacidez en el cuerpo”, asegura.
Por ello es necesario que cuando decida hacer dieta también realice una actividad física diferente que le permita tonificar la masa muscular.
Entre los tipos de dietas figuran la que contiene una alta cantidad de proteínas, necesarias para aquellos que quieren subir de peso; y, la hipocalórica, que es empleada por aquellos que desean bajar de peso.
En la búsqueda de la reconciliación con la balanza, resulta imprescindible evitar las grasas. Por ello, se debe aprender a diferenciar las grasas buenas de las malas. Las primeras se encuentran en el aceite de oliva, el sacha inchi, las pecanas, nueces y avellanas. Las malas están en la margarina, manteca y otros productos derivados del aceite vegetal. Puede que al principio no sea fan número uno de su dieta pero, como todo en el mundo, se acostumbrará a la rutina. Poco a poco ese malestar se irá y comerá sano sin ningún esfuerzo.
Solo tenga presente: todo esfuerzo tiene su recompensa.
LA DIETA
Desayuno: 2 tazas de cereal con 1 1/2 taza de papaya picada más 1 1/2 taza de yogur y 2 claras de huevo cocido.
Media mañana: 2 piezas de fruta.
Almuerzo: Ensalada de verduras cocidas más una cucharada de aceite de oliva, siempre al lado de un pedazo de pollo o pescado con papas o arroz.
Media tarde: 2 frutas
Cena: Ensaladas de verduras crudas y pollo a la plancha.
TIPS
Un plato debe contener 50% de carbohidratos, 30% de proteínas y 20% de grasas.
Mastique cada alimento por lo menos unas 30 o 40 veces. Una buena opción en vez del agua puede ser el té helado diet. De dos a tres litros de agua es lo que se debe consumir en el verano. Concéntrese cuando coma, aléjese de cualquier distracción.
(El Comercio).- Todo en la vida necesita de un equilibrio. De nada sirve realizar las rutinas diarias de ejercicios si es que al cruzar la puerta del gimnasio se dirige hacia un centro de comida rápida. Aprenda a comer saludablemente sin tener que morir de hambre. El nutricionista Miguel Ángel Valle, del gimnasio Energym, brinda algunos consejos que podrá incluir en su rutina alimenticia.
Para aquellos que no lo sabían, todos hacemos dieta. “La palabra dieta es la cantidad de sustancias que componen la nutrición de cada persona, es lo que uno está ingiriendo”, dice Valle. El mito de pensar que comer sano es sinónimo de puras frutas y verduras es totalmente falso.
El único secreto radica en saber priorizar algunos nutrientes y abstenerse de otros.
“Una dieta es necesaria porque cuando uno hace ejercicios bota líquidos extras, así que lo que uno consume no es suficiente. Una dieta sin ejercicios no solo hace que bajes de peso, también logra flacidez en el cuerpo”, asegura.
Por ello es necesario que cuando decida hacer dieta también realice una actividad física diferente que le permita tonificar la masa muscular.
Entre los tipos de dietas figuran la que contiene una alta cantidad de proteínas, necesarias para aquellos que quieren subir de peso; y, la hipocalórica, que es empleada por aquellos que desean bajar de peso.
En la búsqueda de la reconciliación con la balanza, resulta imprescindible evitar las grasas. Por ello, se debe aprender a diferenciar las grasas buenas de las malas. Las primeras se encuentran en el aceite de oliva, el sacha inchi, las pecanas, nueces y avellanas. Las malas están en la margarina, manteca y otros productos derivados del aceite vegetal. Puede que al principio no sea fan número uno de su dieta pero, como todo en el mundo, se acostumbrará a la rutina. Poco a poco ese malestar se irá y comerá sano sin ningún esfuerzo.
Solo tenga presente: todo esfuerzo tiene su recompensa.
LA DIETA
Desayuno: 2 tazas de cereal con 1 1/2 taza de papaya picada más 1 1/2 taza de yogur y 2 claras de huevo cocido.
Media mañana: 2 piezas de fruta.
Almuerzo: Ensalada de verduras cocidas más una cucharada de aceite de oliva, siempre al lado de un pedazo de pollo o pescado con papas o arroz.
Media tarde: 2 frutas
Cena: Ensaladas de verduras crudas y pollo a la plancha.
TIPS
Un plato debe contener 50% de carbohidratos, 30% de proteínas y 20% de grasas.
Mastique cada alimento por lo menos unas 30 o 40 veces. Una buena opción en vez del agua puede ser el té helado diet. De dos a tres litros de agua es lo que se debe consumir en el verano. Concéntrese cuando coma, aléjese de cualquier distracción.
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